Reequilibrio de cartera cómo mantener la combinación adecuada de activos
El reequilibrio de cartera es el proceso de realinear las ponderaciones de los activos en una cartera de inversión para mantener el nivel deseado de riesgo y rentabilidad. Con el tiempo, a medida que los distintos activos crecen a diferentes ritmos, la asignación original de activos puede cambiar, lo que podría exponer al inversor a un riesgo mayor del previsto. El reequilibrio implica vender o comprar activos para que la cartera vuelva a su asignación objetivo, lo que garantiza que la estrategia de inversión se mantenga alineada con los objetivos y la tolerancia al riesgo del inversor.
Gestión de riesgos: El reequilibrio ayuda a los inversores a mantener el nivel de riesgo deseado al garantizar que su cartera permanezca diversificada y alineada con su tolerancia al riesgo.
Disciplina: Implica un enfoque de inversión disciplinado, alentando a los inversores a vender caro y comprar barato, lo que puede generar mejores rendimientos a largo plazo.
Evitar decisiones emocionales: al adherirse a una estrategia de reequilibrio, los inversores tienen menos probabilidades de tomar decisiones emocionales basadas en movimientos del mercado a corto plazo.
Asignación de activos objetivo: es la combinación predeterminada de clases de activos (por ejemplo, acciones, bonos, efectivo) que refleja la tolerancia al riesgo y los objetivos de inversión del inversor.
Deriva: La deriva de la cartera se produce cuando la asignación real de activos se desvía de la asignación objetivo debido a la variación en el rendimiento de los activos a lo largo del tiempo.
Umbrales de reequilibrio: Los inversores a menudo establecen umbrales específicos (por ejemplo, una desviación del 5 %) que desencadenan la necesidad de reequilibrar su cartera.
Costos de transacción: El reequilibrio puede implicar la compra y venta de activos, lo que puede generar costos de transacción. Estos costos deben tenerse en cuenta al decidir si se debe reequilibrar.
Reequilibrio basado en calendario: este método implica reequilibrar la cartera a intervalos regulares, como trimestral o anualmente, independientemente de cuánto se hayan desviado las asignaciones de activos.
Reequilibrio basado en umbrales: el reequilibrio se activa solo cuando la asignación de activos de la cartera se desvía de la asignación objetivo en un porcentaje predeterminado.
Reequilibrio dinámico: un enfoque más flexible, el reequilibrio dinámico tiene en cuenta las condiciones del mercado y los pronósticos para determinar el momento óptimo para el reequilibrio, en lugar de depender de intervalos o umbrales fijos.
Reequilibrio automatizado: con el auge de los asesores robotizados y las plataformas de inversión automatizadas, cada vez más inversores están aprovechando la tecnología para automatizar el proceso de reequilibrio, garantizando así que sus carteras estén siempre alineadas con sus objetivos.
Reequilibrio fiscalmente eficiente: Los inversores utilizan cada vez más estrategias fiscalmente eficientes, como la recuperación de pérdidas de capital o el uso de cuentas con ventajas fiscales, para minimizar el impacto fiscal del reequilibrio.
Reequilibrio personalizado: Los avances en análisis de datos e inteligencia artificial están permitiendo estrategias de reequilibrio más personalizadas, adaptadas a los objetivos específicos de cada inversor, su tolerancia al riesgo y las perspectivas del mercado.
Reequilibrio estratégico: este enfoque implica reequilibrar la cartera a su asignación estratégica de activos periódicamente, generalmente según un calendario o un umbral.
Reequilibrio táctico: Los inversores pueden adoptar un enfoque más activo, ajustando la asignación de su cartera en respuesta a las condiciones cambiantes del mercado o a las previsiones económicas, manteniendo al mismo tiempo un marco estratégico general.
Reequilibrio núcleo-satélite: en esta estrategia, una parte central de la cartera se invierte en activos estables a largo plazo, mientras que porciones satélite más pequeñas se ajustan con mayor frecuencia para capitalizar oportunidades a corto plazo.
Reequilibrio entre acciones y bonos: Un inversor con una distribución de acciones y bonos de 60/40 puede descubrir que, después de un repunte del mercado, su cartera ahora es de 70/30. El reequilibrio implicaría vender algunas acciones y comprar bonos para volver a la distribución original de 60/40.
Reequilibrio global: para una cartera diversificada globalmente, el reequilibrio podría implicar ajustar la asignación entre activos nacionales e internacionales para mantener una exposición objetivo a diferentes regiones.
El reequilibrio de la cartera es un aspecto crucial para mantener una estrategia de inversión bien diversificada que se ajuste a la tolerancia al riesgo y a los objetivos financieros del inversor. Ya sea que se realice de forma manual o mediante herramientas automatizadas, el reequilibrio garantiza que una cartera se mantenga en el buen camino a lo largo del tiempo, lo que proporciona estabilidad y coherencia para alcanzar los objetivos financieros a largo plazo.
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